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27 de junio de 2018

Santa Fe: Preocupación por la situación de los talleres ferroviarios de Laguna Paiva

Actualidad

En 2019 finaliza la concesión que la firma tiene con el gobierno nacional para la reparación de vagones de la línea Belgrano Cargas. “Estamos comprometidos en hacer todo el esfuerzo para buscar alternativas y garantizar la continuidad de los puestos de trabajo y del funcionamiento de la empresa” expresó el ministro de Trabajo, Julio Genesini.

Este martes, el ministro de Trabajo y Seguridad Social, Julio Genesini junto al secretario provincial de Áreas Metropolitanas, Leonardo SImoniello, participaron de un encuentro para interiorizarse de la situación productiva y laboral de la empresa Ferrovías (grupo EMEPA) de Laguna Paiva, dedicada a la reparación de vagones de la línea Belgrano Cargas.


En 2019 finaliza la concesión que la firma tiene con el gobierno nacional,  por tal motivo los funcionarios de la provincia junto a autoridades locales y personal superior de la empresa, mantuvieron un encuentro para iniciar una agenda de trabajo conjunto con vistas a las gestiones que deben encarase con el objetivo de garantizar la continuidad de los puestos de trabajo y del funcionamiento de la empresa que cuenta con 187 trabajadores.

Luego de la reunión, que se realizó en el predio de la empresa en la ciudad de Laguna Paiva Genesini, detalló: “Nos reunimos con el intendente de la ciudad, Rodrigo Fernández, concejales y referentes de la empresa porque todos estamos realmente con la preocupación  y la intención de despejar las dudas en el horizonte de la empresa”.

“Por eso vamos a iniciar algunas gestiones para que este tema sea asumido por las áreas de Transporte y Producción del Gobierno Nacional que es con quien se tiene el contrato de concesión por la explotación de esta actividad”.

“Queremos transmitir la preocupación del gobernador Miguel Lifschitz pero también la instrucción precisa que tenemos los ministerios de Trabajo, Gobierno y Reforma del Estado y de la Producción para que trabajemos en conjunto en la búsqueda de soluciones”.

“Esta empresa es estratégica y sabemos de la importancia que tiene para los trabajadores pero también para Laguna Paiva y la provincia de Santa Fe. Por eso vinimos a transmitir nuestro compromiso de hacer todo el esfuerzo para buscar alternativas y garantizar la continuidad de los puestos de trabajo y del funcionamiento de la empresa”.

“En la provincia de Santa Fe permanentemente atendemos a las empresas que tienen complicaciones y defendemos uno a uno los puestos de trabajo. En este momento, donde hay dificultades en la creación de empleo, ya que el propio gobierno nacional ha advertido sobre un escenario recesivo y que no se sabe hasta cuándo puede durar. En ese escenario, la responsabilidad de los que tenemos obligaciones políticas y sociales es defender los puestos de trabajo” puntualizó el ministro.

Por su parte, el   secretario provincial de Áreas Metropolitanas, Leonardo Simoniello, destacó “no podemos volver a cometer los mismos errores en la actividad ferroviaria, tan importante para el desarrollo de la Nación y en esta caso para esta localidad”.

“No hay otro taller en la ruta del Belgrano Cargas como el de Laguna Paiva. No hay justificación para que decaiga esta actividad. El gobierno nacional debe entender que el trabajo es un capital y hay que defenderlo. No podemos perder la capacidad laboral porque después los problemas son peores” finalizó Simoniello.

Luego de la reunión, Genesini y Simoniello, reiteraron el compromiso del gobierno de la provincia a los delegados de los trabajadores de la empresa: “Estamos a su disposición. Todo lo que está a nuestro alcance lo vamos a hacer y toda nuestra capacidad de gestión la vamos a poner en juego en estas instancias”.ElLitoral.com

13 de marzo de 2018

A 25 años de un día triste para Laguna Paiva

Historia Ferroviaria

En 1980 Laguna Paiva fue bautizada “la Ciudad del Riel”. Trece años después se vería despojada de aquello que  durante décadas la había moldeado social y urbanísticamente: los talleres ferroviarios. A 25 años, vale la pena recordar el impacto que ese despojo tuvo y tiene aún hoy en los vecinos paivenses.

La investigadora del Conicet y docente de la UNL Carolina Brandolini trabajó el tema, y LT10 dialogó con ella. Su interés surgió en una visita a la localidad, en la que le impactó “cómo, a pesar de que habían pasado muchísimos años, la mayoría de las personas con las que hablaba se seguían sintiendo ferroviarias”.


Y no era para menos. “En Laguna Paiva se fueron instalando desde comienzos del siglo XX diferentes emprendimientos ferroviarios; tales como el ramal Laguna Paiva-Deán Funes, la rotonda y el depósito de locomotoras, el taller de reparación de vagones, y la repartición ‘almacenes generales’, que proveía de insumos a la línea Belgrano”. El tren no era solamente la principal fuente de ingresos para sus pobladores, sino el eje de su vida diaria y de su misma identidad.

Oscar, exobrero de la cooperativa que fue entrevistado por las investigadoras, grafica perfectamente el ocaso de su ciudad. “Se vino abajo, Paiva quedó como un pueblo muerto acá, viste… Después del cierre de los ferrocarriles se murió Paiva… Antes tenía más vida. Imaginate… eran 4.000 obreros… Y Paiva era un pueblo netamente ferroviario, viste… ¡Y aparte los clubes! Había muchos clubes de bochas en Paiva para la gente grande, que trabajaban bien, y eso se perdió todo… porque se perdió el ferroviario y se perdió todo. Antes la gente trabajaba en el ferrocarril y no hacía más nada, iba a la tarde al club, ¡y había un respeto!… Cuando llegaba el día del pago… todos comían asado, Paiva era una revolución, todo el mundo salía a comprar, sus ropas, sus juguetes para los chicos, sus cosas…Paiva era un pueblo muy comprador, muy familiero…”, contó, nostálgico.

Estación Laguna Paiva

Brandolini comprobó la veracidad de los dichos de Oscar en cada testimonio que recabó. “El cierre (de los talleres) fue una acción muy dura en la vida de casi todas las familias de Laguna Paiva. Porque trabajen o no en el ferrocarril, toda la actividad económica estaba vinculada a la existencia de los salarios que los obreros volcaban en el desarrollo económico de la región y de la ciudad en particular”.

Entonces, “el impacto fue muy fuerte y generó una desestructuración social”. Entre otras cuestiones, se vio emerger “la presencia de la mujer como la persona que debe salir a trabajar ante esa nueva coyuntura, de hacerse cargo de la necesidad de sobrevivir en un contexto muy particular”.


Además, Paiva, antes epicentro en ciertos aspectos, se vuelve una “ciudad dormitorio”: muchos de sus habitantes consiguen empleo en localidades cercanas (sobre todo en el sector público) y sólo vuelven a casa a pernoctar.

De esta forma, es la familia la que pierde la fuente laboral, sí, pero “la comunidad entera entra en crisis” porque los talleres no daban sólo trabajo, sino identidad. Los vecinos dejaron de ser lo que eran.

Proyecto con consecuencias

El desmantelamiento de los trenes en el país no fue un fenómeno aislado, sino que formó parte del proyecto neoliberal que Carlos Saúl Menem llevó adelante en la década del ´90.

Brandolini aclara, no obstante, que el ex presidente no fue el único responsable. “Durante la segunda mitad del siglo XX, el endurecimiento de las políticas económicas en materia ferroviaria generó una redefinición del lugar y función de los talleres en el sistema de transporte del país que se orientó a la industria automotriz”, explica.

“Esto comenzó fundamentalmente a partir de la aplicación del denominado ‘Plan Larkin’ en 1961, siguió profundizándose con las políticas desarrolladas durante la última dictadura militar y terminó de consolidarse” años después. En todo caso, lo que hizo el menemismo fue consolidar el desmantelamiento de los trenes y su entrega a manos privadas.

Desde la nacionalización de ferrocarril en 1948, durante la presidencia de Juan Domingo Perón, la red había sido operada por la empresa estatal Ferrocarriles Argentinos (FA), que abarcaba las seis divisiones relativamente independientes: Sarmiento, Mitre, Urquiza, San Martín, Belgrano y Roca y abarcaba 35.000 kilómetros operados por 92.000 empleados en todo el país.

Con las privatizaciones, la red fue dividida en segmentos y otorgada en concesión a diversas empresas para su explotación. Los servicios de carga y de pasajeros se separaron. Como ocurrió con el resto de los servicios públicos, (teléfono, gas, electricidad y agua), todo aquello que no resultaba “rentable” cayó en desgracia. Al igual que las sociedades que de ello dependían.Esperanzadíaxdía.com