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28 de octubre de 2015

Porque votaría por Scioli

Cartas de Lectores

Señor Director de Crónica Ferroviaria

Mucho se habla en estos días sobre la posibilidad que Mauricio Macri sea consagrado finalmente Presidente de la República el próximo domingo 22 de Noviembre. Exhorto al pueblo Argentino a meditar a fondo su decisión, porque ella marcará a fuego nuestro destino como pueblo y como nación durante los próximos cuatro años. Aclaro que siempre he sido muy crítico de la gestión kirchenerista, pero también tengo fresca en mi memoria el oscurantismo de la década menemista de los años noventa.

Es por ello que, tras mucho evaluar el escenario político argentino, y de meditar a fondo mi decisión, he decido votar por Scioli en la segunda vuelta electoral, y ello por las siguientes razones: En primer término, Macri, es un representante ortodoxo y genuino de las políticas neoliberales implementadas por la dupla Menem-Cavallo de los años noventa, y que nos llevó al desastre y a la crisis más grave de nuestra historia, que fue la que estalló en diciembre de 2001, y que dejó a nuestro país postrado en la miseria y el caos.

En cuanto al ferrocarril, puedo afirmar que tiene en Macri a su más enconado y hostil enemigo, al punto que uno de sus asesores en las sombras, es el propio Domingo Cavallo. Sus colaboradores más estrechos, no le van en zaga, tales como: Daniel Chain, Diego Santilli y Christian Ritondo; pero su exponente antiferroviario mas acabado, es Guillermo Dietrich, futuro Ministro de Transportes de Macri, en caso de que éste logre triunfar en el ballotaje.

Diestrich ha calificado públicamente en numerosas conferencias de prensa que el ferrocarril es una rémora del pasado, es un producto del siglo XIX, el subterráneo lo fue del siglo XX, mientras que el metrobús urbano es el transporte del siglo XXI.

Soy uno de los admiradores de esos heroicos luchadores que me precedieron, y que a partir de 1996 lucharon contra el menemato, encarnado por Menem, su Ministro de Economía, Domingo Felipe Cavallo, el Ministro de Obras Públicas, Roberto Dromi, y por los siniestros hermanos Matías Lucas y Horacio Ordóñez que fueron los liquidadores de la empresa Ferrocarriles Argentinos, e inmediatamente después, presidieron el tenebroso Enabief, luego Onabe, organismos dedicados exclusivamente a liquidar y cerrar al ferrocarril, y hacer jugosos negocios inmobiliarios con sus valiosas tierras.

El juego comenzaría con el espantoso "Proyecto Retiro", auspiciado por la Sociedad Central de Arquitectos de Buenos Aires, bajo la férula de los hermanos Matías Lucas y Horacio Ordóñez, y que consistía en desactivar las tres terminales ferroviarias de Retiro y concentrar todo en las inmediaciones de la estación Saldías, levantando las tres playas ferroviarias.

Por supuesto, el proyecto encontró una fuerte oposición liderada por el legendario Instituto Argentino de Ferrocarriles, y gran parte de la opinión pública, que temerosa de que se repitiera en Buenos Aires, lo que sucedió con la desactivación de la estación Central de Montevideo en la vecina orilla, protestó fuertemente y el proyecto felizmente naufragó, frustrándole el suculento negocio de unos pocos vivos.

Ahora el panorama actual es tan, o más grave que en el año 1996, ante la amenaza que se cierne sobre todo el sistema ferroviario argentino, al cual Macri pretende desarticular y liquidar, pero con mayor astucia que Menem.

Vista maqueta del Proyecto Retiro

Primeramente, alardea con la construcción de una gran estación central que concentre a todas las terminales ferroviarias bajo el obelisco, lo cual es un disparate inconcebible, inviable, técnica y económicamente. No conforme con eso, también sueña con reeditar el proyecto Retiro de la época menemista, trasladando las tres terminales históricas de Retiro a una única central, justo detrás de la Facultad de Derecho, con lo cual quedarían despejadas todas las tierras actualmente ocupadas por las playas de maniobras de las Líneas San Martín, Belgrano, y Mitre, con sus respectivas terminales.

No es necesario forzar demasiado la imaginación para concluir que el objetivo es nuevamente un colosal complejo inmobiliario en ese sitio, y lucrar con esas valiosas tierras, además que simultáneamente se avanzaría con el desalojo de las Villas 31 y 31 bis de Retiro.

Luego, proseguiría con Empalme Norte, de manera tal que, el ferrocarril no entre jamás al puerto, pues ese sitio sería ocupada por la autopista ribereña, y todo ello, está íntimamente relacionado con su proyecto más caro, que es desactivar el puerto de Buenos Aires como puerto de ultramar, para convertirlo exclusivamente en un atracadero de cruceros de lujo.

Ya hay indicios certeros de hacia dónde marcha Macri, con la desastrosa administración de la empresa Subterráneos de Buenos Aires S.E., con la compra de equipos usados al Metro de Madrid, los CAF 6000, que además  de haber resultado mas caros que equipos 0 kilómetro, no se adaptan al sistema de alimentación de la Línea "B" para la cual fueron destinados, y a más de dos años de llegados al país, todavía no pueden circular porque además, tampoco entran en los túneles.

También, con el nuevo sistema de alimentación eléctrica de estos trenes, que es por catenaria o contacto aéreo, y cuya terminal es Federico Lacroze, perderán allí la conexión con la Línea Urquiza que tiene otro sistema de alimentación, que es por el tercer riel, con lo cual todo nuestro sistema de subterráneos perdería  toda conectividad con el ferrocarril de superficie, y con ello, toda operatividad para facilitar su gradual desactivación. 

El broche final, lo constituye el demencial proyecto de soterramiento de la Línea Sarmiento, al cual pretenden convertirlo en un subterráneo con solamente dos vías, a 22 metros de profundidad, para luego, como siempre, lucrar con la venta de las tierras de superficie que quedarían liberadas tras el levantamiento de la traza férrea actual.

Mientras tanto, ya no podrán circular trenes de carga, ni los rápidos de larga distancia por el Sarmiento que quedarían cortados en Moreno, para de allí tener que trasbordar a camiones o micros. Asímismo, quedarían sin conexión los empalmes Haedo-Temperley-La Plata, Haedo-Caseros y Moreno Mercedes. 

No debemos permitirlo, y asegurar nuestro valioso y cuantioso patrimonio ferroviario, para nosotros y para las futuras generaciones que nos sucederán, en un mundo como el actual que vuelve hacia el ferrocarril, como un transporte moderno, rápido, eficiente, y no contaminante.

La democracia nos da un arma muy efectiva para defendernos, y esa es el voto. Usémoslo con responsabilidad, inteligencia y memoria. No me une entonces el amor a Scioli, sino que atrapado como estamos en esta dramática coyuntura, y conociendo los planes antiferroviarios de Macri, he decido optar por el mal menor, aunque lamentablemente el precio sea tener que soportar ciertos vicios del kirchnerismo, que supongo podrían continuar con Scioli, aunque creo que en grado menor.

Por todo ello, creo que no tenemos otra opción que votar por Scioli si queremos seguir teniendo ferrocarriles, los cuales formaron nuestra nación, y huelga decirlo, se han invertido en estos últimos tres años, miles de millones de dólares que son de todo el pueblo argentino, y que no deben ser arrojados por la borda. Atte.
Francisco R. Fernández