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18 de abril de 2017

Zapala: Promesas incumplidas anclaron el desarrollo en el centro de Neuquén

Actualidad

El Tren Trasandino, la Zona Franca y Chihuido son tres sueños que se convirtieron en pesadilla para la ciudad de Zapala. La posibilidad del despegue se frenó pero los reclamos siguen en pie.

Fueron como esos sueños que de tanto desearlos se transforman en pesadillas. Eran, acaso, la gran apuesta para sacar adelante a Zapala y, de la mano, a todo el centro neuquino. Pero cayeron en un letargo fatal. Hoy en día, el solo hecho de nombrarlos trae fastidio e ironía entre los zapalinos.

Con matices, el Ferrocarril Trasandino, la Zona Franca y la represa de Chihuido, representan para la ciudad una cáscara vacía, una mueca desagradable.

El proyecto ferroviario, impulsado por el exgobernador Jorge Sobisch, quedó limitado a una vía hacia la nada que costó 250 millones de pesos en títulos, la Zona Franca presenta un incipiente impulso gracias al esfuerzo de las autoridades municipales, pero sin garantía de éxito, mientras que la represa es un gran signo de interrogación.


En el medio, la ciudad sufre por su alta dependencia económica del sector público que le impide despegar.

Los diagnósticos son variados y cada sector plantea una salida diferente. El gobierno municipal apuesta por el Parque Industrial mientras que los prestadores de servicios turísticos reclaman más inversiones. Desde el MPN cuestionan la “falta de gestión y sensibilidad” de las autoridades locales, mientras que uno de los referentes de la pueblada de 2001, Eduardo “Dady” Rubio, sostiene que la única salida es trasladar la capital a Zapala.

“No queremos hablar de postergación, nosotros vemos un proyecto provincial que ha dejado de tener al interior como referente importante para la economía. La realidad es que hoy todas las definiciones de la provincia pasan por aquellos lugares donde hay petróleo, el resto se arregla como puede”, refirió la intendente Soledad Martínez.

“Existió con el centro neuquino una serie de compromisos que no se concretaron. Hace 20 años que venimos escuchando los mismos proyectos y la frustración ante la falta de avances es evidente”, remarcó.

“En el caso de Chihuido vamos a insistir con el reclamo y le vamos a exigir a la provincia que lo defienda pero queremos poner el acento en las cosas que podemos resolver nosotros por eso es que miramos tanto la realidad del Parque Industrial” expuso.

Con las solicitudes de terreno y los pedidos concertados por comodato, el parque logístico esta completo. “Hay una sensación de que no pasa nada pero tenemos todo completo. Ahora necesitamos resolver la inversión de gas con la provincia. Si pudiéramos definir el traspaso de los dominios al parque municipal y la consolidación de los derechos que los empresarios tienen sobre las tierras, estaríamos concretando un parque; ya tenemos en marcha con una tarifa eléctrica promocional”, dijo la jefa comunal.

“Entendemos que algunas de estas situaciones son materia exclusiva de la provincia mientras que en otras creemos razonable algunas dilaciones. Por ejemplo Zona Franca y Chihuido son cuestiones que hay que consensuar y construir articuladamente con el gobierno nacional y los neuquinos estamos ajenos a esas decisiones”, sostuvo Martínez.

“Lo que si exigimos de parte del gobierno provincial es una defensa irrestricta de los proyectos que van a ser gravitantes en la economía de la zona centro”, añadió.

En el análisis caso por caso surgen datos llamativos. Lo del Ferrocarril Trasandino es, a todas luces, el proyecto con menos sustento. Se gastaron millones en una vía que muere a pocos kilómetros de Zapala, sin pena ni gloria. El objetivo de llegar hasta la frontera quedó en la nada y aunque se hubiera concretado tampoco tendría ningún valor ya que las vías férreas en el tramo hasta Lonquimay, en territorio chileno, se encuentran directamente fuera de servicio.

Zona Franca fue, durante décadas, un caballito de batalla para muchos políticos, pero lo real es que recién esta semana, y después de muchos tiempo, se reunió el Comité de Vigilancia que integran la provincia y Zapala para analizar un nuevo llamado a licitación.

Esta vez la propuesta será por treinta años, pero no habrá avances concretos en los próximos seis meses. Y más allá del empuje que proponen los representantes zapalinos, municipio y Cámara de Comercio, la iniciativa no despierta grandes ilusiones a corto plazo entre la gente.

Chihuido fue la joya más reciente pero ya dejó de brillar. La decisión del gobierno nacional de frenar el pedido de financiamiento internacional le bajó la persiana a las ilusiones de quienes soñaban con un impulso decisivo para Zapala como ciudad logística.

Tanto el sector de la construcción como los prestadores de servicio vieron otra vez postergadas sus legítimas pretensiones como consecuencia de medidas que se toman lejos de la ciudad.

Casi como una analogía de las últimas décadas.DiarioRíoNegro.com

19 de diciembre de 2016

El fin para el proyecto más ambicioso

Actualidad

Chile decidió que la construcción del tren Trasandino no está dentro de las prioridades de integración regional y el gobierno de Mauricio Macri avaló esa determinación. Tras 10 años de idas y vueltas se diluye casi para siempre la posibilidad de recuperar al ferrocarril, como forma de aliviar el tránsito en la colapsada ruta de alta motaña.

Tras casi una década de anuncios y de buenas intenciones de ambos países, finalmente quedó postergado y sin fecha de recuperación el tren Trasandino que Argentina y Chile venían impulsando desde 2007.

En ese sentido el gobierno del país vecino ya decidió que el proyecto de iniciativa privada (presentado el grupo Eurnekián, representante de la Corporación América, encargada del desarrollo del Trasandino) no está dentro de sus prioridades en el plan de mejoramiento de los pasos fronterizos. Y el gobierno de Mauricio Macri avaló esa decisión.


Dos hechos confirman el fin de una de las iniciativas más ambiciosas para el desarrollo de Mendoza, que tenía un costo no menor a los U$S8.000 millones.

El primero se conoció hace diez días, durante la visita de Macri a la provincia para la reapertura del aeropuerto, cuando el ministro de Transporte de la Nación, Guillermo Dietrich, confirmó que el Trasandino no está en la agenda de trabajo de su cartera.

Y el otro ocurrió el viernes, durante la cumbre entre Macri y su par chilena, Michel Bachelet. El Trasandino fue apartado de la lista de temas de unión fronteriza y se avanzó, en cambio, en anuncios relacionados con las mejoras para el tránsito de autos en el corredor bioceánico.

Chile descartó seguir adelante con el proceso en marcha del tren, según se supo, por una serie de motivos.

Uno de ellos fue que no estaban estudiadas en profundidad las denominadas "demandas derivadas", es decir, la cantidad de tránsito que el paso tendrá a futuro para determinar si a ecuación económica del proyecto era viable o no.

El otro, fue que no se presentó un estudio confiable acerca del "estado de la roca" en la montaña que se perforaría a futuro para que pasen las vías del ferrocarril.

Pero el punto central de rechazo a la propuesta fue otro.

Y no de uno primero y otro a lo largo de los años, como presentó la empresa.

Macri y Bachelet, en la cumbre que encabezaron en Buenos Aires, se focalizaron en el tránsito de vehículos a futuro. Claramente.

Uno de los acuerdos que firmaron, fue la ratificación de una serie de siete obras que se harán en la ruta 7 más la construcción de una quincena de cobertizos.

El tema central para Mendoza en ese aspecto, fue que se firmó el compromiso binacional para la construcción del túnel Caracoles, una idea que ya tiene algunos años asimismo.

Diez años después

El Trasandino contemplaba el recorrido entre Luján de Cuyo y Los Andes (Chile), con un túnel de baja altura de 52 kilómetros de longitud, que permitiría transportar 72 millones de toneladas por año.

Para hacerlo, Corporación América presentó hace cinco años años un cronograma de financiamiento que incluyó a empresas navieras de Chile, Mitsubishi Corporation, de Japón; Geodata, de Italia, y Contreras Hermanos, de Argentina.

La obra tenía un presupuesto inicial de U$S3.000 millones, pero luego de los vaivenes económicos de la Argentina en los últimos años nadie sabe calcular en la actualidad cuánto costaría. Aunque una última estimación oficial en Mendoza hablaba de un costo que no bajaba de los U$S 8.000 millones.

Hacia principios de marzo del 2012, el tren recibió un impulso fenomenal: Cristina Kirchner y Sebastián Piñera, presidentes de Argentina y Chile en aquél momento, firmaron un acuerdo por el cual se autoimpusieron un plazo de seis meses para realizar los estudios de factibilidad del proyecto.

Esa fecha límite se fue venciendo y se agregó a otras postergaciones anteriores que también involucraron a presidentes de ambos países. En octubre del 2006, en Mendoza, los entonces mandatarios Néstor Kirchner y Michelle Bachelet también habían firmado el arranque de la licitación de la obra. Meses después, todo el proceso se vino abajo.

Uno de ellos fue que el gobierno chileno, durante la gestión Piñera, se resistió a otorgar los avales al endeudamiento del grupo privado, algo que debía pasar por el Congreso trasandino para su aprobación.

Además del otro lado de la cordillera siempre fueron reacios a firmar lo que para ellos era una cesión de soberanía a un ente binacional, es decir, a la Argentina.

Con la asunción de un nuevo mandato de Bachelet, las esperanzas de que el tren cobrara nuevo impulso volvieron. Pero bastaron un par de años, para que Chile decidiera quitarle el respaldo casi definitivo al proyecto.MDZ (Nota enviada por nuestro colaborador señor Jorge Zatloukal)