4 de diciembre de 2011

MACRI QUIERE EL SUBTE SIN ROGGIO

El jefe de Gobierno de la Ciudad, Mauricio Macri, no está dispuesto a pagar el subsidio que recibe Metrovías porque considera que la concesionaria no lo necesita. Según sus datos, la tarifa actual que pagan los usuarios, a la que se le agregan otras entradas monetarias, permiten que el servicio sea lucrativo.

Las posturas enfrentadas entre el Gobierno nacional y el de la Ciudad acerca del traspaso de la red de subterráneos a la órbita porteña tienen una causa fundamental, sin cuya resolución no habrá ningún tipo de acuerdo posible entre ambas administraciones. Y la causa no es política, sino empresarial. Y además, tiene nombre propio: el Grupo Roggio.


“Macri no está dispuesto a pagarle a la concesionaria de los subtes, Metrovías, de la cual el Grupo Roggio posee el 90 por ciento, hasta tanto la empresa no presente las pruebas concretas de que sin el subsidio le es imposible prestar el servicio a los usuarios”, le comentó a Noticias Urbanas un colaborador del jefe de Gobierno que conoce a la perfección los motivos de la postura capitalina con respecto al pase.

El político de Propuesta Republicana (PRO) manifestó ante este medio que el subsidio que recibe Metrovías (800 millones de pesos anuales) por parte del gobierno de la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner “es, en principio, excesivo”, y que, según los datos que obtuvo la administración macrista de varios especialistas vinculados al trasporte subterráneo, “en la actualidad la concesionaria no necesita ser subsidiada ya que sus ingresos son superiores a las pérdidas”.

Además, del informe de los expertos el propio Macri puso la lupa en los movimientos del Grupo Roggio. “No hay que olvidarse que antes de ser político, Macri era empresario y de los grandes, por eso desde un primer momento analizó con detalle la rentabilidad de la red de subtes y fue el primero que les dijo a los dirigentes de su máxima confianza que el subsidio que recibía la concesionaria era exagerado”, señaló ante NU un operador de PRO.

“El subterráneo tiene alrededor de un millón y medio de usuarios diarios, que abonan $1,10 el boleto, si lo multiplicamos por los 30 días del mes, el resultado da una cifra cercana a los 49 millones de pesos mensuales. Pero eso no es todo, a ese monto se le debe agregar las ganancias que Metrovías percibe por el alquiler de múltiples locales comerciales ubicados en las estaciones más concurridas de las seis líneas de subtes (A, B, C, D, E y H) y a los espacios para carteles publicitarios que se encuentran en casi todas las estaciones de la red. Sumando todos esos ingresos, la plata que obtendría la concesionaria superaría holgadamente los 50 millones de pesos. Ese número sobraría para pagar los sueldos de los más de cuatro mil empleados del subte y los gastos mensuales de la empresa, con lo cual la ganancia no es nada despreciable”, le explicó a este medio un especialista del sector.

Estos datos son los que maneja Macri y por esa razón pretende que el Gobierno nacional se siente a renegociar el contrato del servicio con el Grupo Roggio para ordenarle que cumpla con su parte en todo lo que tiene que ver con la renovación de los vagones y la mejora en la frecuencia del servicio.

Los que conocen íntimamente al Mauricio empresario y recuerdan sus negociaciones de dinero cuando estaba en Socma y en Boca Juniors, son testigos de que el jefe porteño cuida el bolsillo como nadie y que no es nada fácil sacarle un peso si no está convencido de la utilidad posterior.

En el caso del Grupo Roggio las cuentas que hizo el ingeniero son el principal obstáculo para que la Ciudad se haga cargo de los subterráneos. Y Macri no cederá un centímetro a menos que la empresa baje sus pretensiones en cuanto a los subsidios y se siente a negociar con el Estado enfrentando los números que el Gobierno porteño tiene en su poder. Y que usará para presionar a Metrovías, llegando incluso a darlos a conocer públicamente.Noticias Urbanas.

7 comentarios:

  1. Esto era una obviedad. Se tenía que dar en cualquier momento y fue antes de lo previsible. Ya se sabía que Macri no quiere a Roggio, porque quiere el negocio del Subte para alguna de sus empresas, propias o allegadas. El relato del cálculo económico es menos que elemental, es primitivo y suena a excusa. Eso es al margen de que actualmente METROVIAS no está cumpliendo un buen servicio, sino al contrario el subte ya parece abandonado, mugriento y sin mantenimiento, con frecuencias bastante bajas. O sea, no es dable esperar ningún cambio beneficioso en el corto plazo, ya que pase lo que pase ninguno de los dos contendientes (Macri vs Roggio) hará nada bueno con el subte.

    ResponderEliminar
  2. Los Macri son una mafia. Gustavo lopez

    ResponderEliminar
  3. Si fuera cierto este esmero del macrismo por la eficiencia administrativa, posiblemente no habría comprado las netbooks para estudiantes con sobreprecio abismal, tal cual ha sido denunciado en la justicia. Ni subejecutaría la obra pública, principalmente en escuelas y hospitales. No me cuadra este cuentito. Como tampoco que en su paso por la gestión privada dejó una huella de buena administración, sino que se ha divulgado todo lo contrario. En definitiva, sea como sea, el presupuesto nacional no debería hacerse cargo de un medio de transporte que es exclusivo de Capital, como es este caso. Lo demás que lo discutan los macristas con el concesionario.

    ResponderEliminar
  4. por una vez estoy de acuerdo con este gusano ,,,los roggio no los quiero ni en la sopaaaaaaaaaa

    ResponderEliminar
  5. Quisiera aportar algo luego de treinta años de experiencia en el campo de las obras civiles.

    He tenido que trabajar inspeccionando a varios: Roggio, Ormas y otros. Y la realidad es que si bien para que una obra tenga buena calidad es necesario tener un contratista capaz, debe reconocerse que lo fundamental es tener un buen contrato y una buena inspección. Cuando el contrato está bien hecho y la Inspección es firme, la calidad de la obra está asegurada. Eso aun cuando uno debe discutir muchísimo con el Contratista y termine con una úlcera...

    El problema aquí es que los contratos de Concesión fueron bastante mal hechos, y la inspección del Estado ha sido más que deficiente.

    La realidad es que no hay próceres y cuando alguien comprende que puede ganar lo mismo (o más) haciendo sólo la mitad, se tira a la retranca. Y esto vale aun dentro de las empresas del Estado.

    Así que creo que el primer paso está en que el Estado se ponga a EXIGIR. Y el botón maravillososo (el único) es el del castigo pecuniario: es decir multas cada vez que se producen incumplimientos del contrato, etc., etc. Quienes deberían estar haciendo esto son NUESTROS empleados, los funcionarios.

    Como dice el viejo refrán criollo, la culpa no es del chancho, sino del que le da de comer...

    ResponderEliminar
  6. Ahora yo pregunto. Alguien de los ya citados.¿Se preocuparon por el confort de los pasajeros. Ya desde 1.974, en que vinieron los trenes eléctricos japoneses, se barruntaba nuevamente de unir subte con tren, de manera de evitar esas tediosas transferencias
    en la estación Fco Lacroze.Escuché luego excusas pueriles, pero una nota aparecida en Clarín de noviembre de 1.985 por el entonces presidente de S.B.A. S.E. aclaraba dichas dudas, incluso con el proyecto de que salga este subte desde Pto Madero. Tengo los recortes mencionados. Por Favor Muchachos. Pónganse las pilas.

    ResponderEliminar
  7. Realmente aca hay muchas obras inconclusas o directamente sin comenzar. La salida del tren subterráneo que después entrara al
    ferrocarril, es del año en que se inauguró la línea "B".Año 1.930. Basta observar en la Est. Carlos Pellegrini las cavidades para el desvío de los rieles a una plataforma paralela.(Tapadas burdamente con chapones). Tengo entendido que el nuevo "H" llegaría a Retiro. Para finalizar... ¿El "E" iría al aeropuerto de Ezeiza,? Como aquel futbolero que contestaba. Se dice, pero no lo vamo hacer. En fin!

    ResponderEliminar

Usted podrá dar su opinión libremente, pero aquellos comentarios que vengan con insultos, improperios, etc. y sin colocar nombre y apellido, nombre y/o pseudónimo (debajo del mismo) no serán publicados.